Historia de Altuequi Teatro
Antecedentes: raíces culturales en Bejuma
Antes del nacimiento oficial de la Agrupación Cultural Altuequi en enero de 1996, Bejuma vivía un efervescente movimiento cultural juvenil. A finales de los años 80 y principios de los 90, surgieron iniciativas que sembraron las bases del teatro comunitario en el municipio.
Uno de los núcleos más influyentes fue el grupo juvenil Rema, nacido en el seno de la iglesia parroquial. Reunía cada domingo a más de sesenta jóvenes en actividades de recreación, muralismo, dramatización y formación cristiana. De allí emergieron líderes que fundarían dos agrupaciones emblemáticas:
Reflejos (1989), con el montaje del Nacimiento Viviente usando teatro fonomímico.
Miguelacho, nacida de un programa de formación teatral dirigido por el maestro Arcadio Padrón desde la agrupación La Huella.
Estas agrupaciones cautivaron a la comunidad con presentaciones en la Plaza Bolívar, la Casa de la Cultura y otros espacios públicos.
Talleres, agrupaciones y el despertar artístico
Gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura del Estado Carabobo y el CONAC, surgieron nuevas agrupaciones:
Bejuma Cuenta un Cuento, Imágenes y Sueños, Palabras de 21 Colores (Narración Oral, 1993, con Robinson Dávila “Pío Lara”)
Polichinella (Títeres, 1991, con Daniel Dimauro)
Siluetas (Pantomima, 1994, con Francisco Luques del Grupo Estable del Ateneo de Guacara)
Simultáneamente, se fortalecía la Banda Municipal del Ateneo de Bejuma, y los jóvenes se involucraban en campamentos, recreación y música. Todo esto generó un ecosistema fértil para el arte escénico.
Primer intento: Animaciones Charles Chaplin
En 1994, el joven actor, cuentacuentos, mimo y titiritero Julio César Uzcátegui junto a José Rodríguez, realizaban presentaciones en plazas de Carabobo contratados por la Secretaría de Cultura. Esto inspiró la creación de una agrupación multidisciplinaria: Animaciones Charles Chaplin, con estatutos y tarjetas de presentación. Aunque no trascendió, fue el primer intento formal de consolidar una propuesta artística integral.
Formación y regreso con visión renovada
Uzcátegui se trasladó a Maracay para estudiar Agronomía en la Universidad Central de Venezuela, donde se formó como zanquero en el Teatro Universitario de Maracay (TUM) y fundó la agrupación de títeres Ticolito. Esta experiencia enriqueció su visión artística y técnica.
El nacimiento de Altuequi Teatro
En enero de 1996, al regresar a Bejuma, Julio organiza un taller de zancos en la Casa de la Cultura y el proyecto Lugar de Creación, con apoyo de Reyes Olivares y Yesenia Centeno. Recluta a jóvenes que se convertirían en los pilares de la agrupación:
José Peraza, César Reyes, María José y Andrea Facio Coronel, Arturo y Manuel Benítez, Leomar y Omar Grimaldi, Miguel, David Moi, Oscar Parra, Guander, Alejandro García y Eva Moreno.
El nombre Altuequi surge en una dinámica grupal, propuesto por José Peraza como fusión de Altura y Equilibrio. Eva Moreno aporta la filosofía que define al grupo:
“La altura que queremos alcanzar dependerá del equilibrio que podamos lograr.”
Primeras presentaciones y expansión artística
La primera actuación fue en el desfile del Día del Niño en julio de 1996. Ya en junio, se habían realizado funciones de cuentacuentos y pantomimas en el Cine Corpoindustria y el Teatro de la Ópera de Maracay, contratadas por la Secretaría de Cultura de Aragua.
Aunque los zancos fueron el área inicial más fuerte, pronto se sumaron otras disciplinas:
Teatro para niños
Títeres
Pantomima
Narración oral
Música en vivo
Danza
Técnicas circenses: clown, equilibrios, malabares
Esta diversidad convirtió a Altuequi en referente del teatro de calle en Carabobo, con reconocimiento nacional por su trayectoria y aportes al arte comunitario.
Influencias artísticas y visión transformadora
Altuequi Teatro no solo se nutre de la experiencia local, sino también de grandes influencias artísticas que han moldeado nuestra estética, técnica y filosofía escénica. Estas influencias han sido clave para entender el teatro como herramienta de educación, reflexión y transformación social, más allá del entretenimiento.
Entre ellas destacan:
La Agrupación Teatral La Huella (Valencia): impulsora de talleres y festivales que dieron origen a múltiples agrupaciones teatrales en Carabobo.
La Agrupación 23 de Marzo, a través de la Coordinadora Apocalipsis (El Hatillo, Miranda): presentaron en Bejuma un espectáculo callejero de teatro fonomímico sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
La Escuela Anakarinarote, dirigida por el maestro Giorlando Conde: visitó Bejuma en 1995 y 1996 con un teatro de voz política y temas históricos.
Lugar de Creación, proyecto cultural y educativo liderado por Reyes Olivares y Yesenia Centeno, funcionarios del CONAC que se establecieron en Bejuma en 1993 y apoyaron a artistas en formación.
También fueron fundamentales los talleres auspiciados por la Secretaría de Cultura y el CONAC, dictados por artistas que dejaron huella:
Robinson Dávila “Pío Lara”: taller de narración oral (1993), del que surgieron Bejuma Cuenta un Cuento, Imágenes y Sueños y Palabras de 21 Colores.
Daniel Dimauro: maestro titiritero (1991), fundador indirecto de Polichinella, que luego se integró a Altuequi Teatro.
Francisco Luques: taller de pantomima (1994), del que nació La Silueta.
Mirla Chirinos y Manuel Nazco: aportaron formación en estética, técnicas escénicas y disciplina teatral.
Estas influencias nos enseñaron que el teatro puede ser calle, rito, escuela y espejo. Que puede conmover, educar y transformar. Que puede sembrar comunidad.
